Páginas

martes

Durazno Sangrando

En la provincia de Córdoba los duraznos sangran.

Estoy en la toma, un balneario pegado a la base del cerro Uritorco en la provincia de Córdoba, donde atando cabos, me doy cuenta que estar "encerrado", es precisamente eso, estar entre CERROS, y uno de ellos es el Uritorco y toda su potencia mística. Por esto, en el camping LA TOMA, corre muy poco viento.

Entre el paisaje y los paseos escucho anécdotas e historias. Uno de los paseos, después del ascenso al cerro Uritorco, imperdible si visitas Capilla del Monte, es el recorrido de una serie de piletones naturales, a lo largo de 4 horas de caminata.

Para llegar finalmente a la Cueva del Ermitaño y La Cascada de las Golondrinas. Se puede llegar por el mismo curso del arroyo Huertas Malas, que requiere de un mayor esfuerzo. Grandes hoyas y saltos se encuentran a partir de las dos primeras horas de marcha y para superar algunos de ellos es necesaria una cuerda de seguridad y cierta experiencia en escalada técnica.

A la mitad de un faldeo por una pendiente tapizada de vegetación, se cruza el sendero que busca el filo, tirándose siempre a la derecha; así se llega al salto de La Golondrina, y poco después a Huertas Malas. A unos 100 metros del arroyo, a la altura de su encuentro con el que baja de la cueva del Ermitaño, sale el sendero que va hacia el col del Overo. Por allí son unas tres horas de bajada hasta La Toma.

Con un buen margen de tiempo y un buen equipo de mate, se disfruta de un circuito exigente pero muy entretenido.

La leyenda cuenta de un ermitaño que se instaló en una cueva y para sobrevivir, entre otras cosas planto duraznos. En temporada bajaba al pueblo para intercambiar su mercadería, por productos que él necesitaba.

Un buen día, este hombre no bajo más. Enterado de la historia, mientras visitaba el lugar, Luis Alberto Spinetta compuso una canción en la que los duraznos sangran.

Temprano el durazno del árbol cayó
Su piel era rosa dorada del sol
Y al verse en la suerte de todo frutal
A la orilla de un río su fe lo hizo llegar
Dicen que en este valle
Los duraznos son de los duendes

Pasó cierto tiempo en el mismo lugar
Hasta que un buen día se puso a escuchar
Una melodía muy triste del sur
Que así le lloraba desde su interior:

"Quién canta es tu carozo
Pues tu cuerpo al fin tiene un alma

Y si tu ser estalla
Será tu corazón el que sangre

Y la canción que escuchas
Tu cuerpo abrirá con el alba"

La brisa de enero a la orilla llegó
La noche del tiempo sus horas cumplió
Y al llegar el alba el carozo cantó
Partiendo al durazno que al río cayó
Y el durazno partido
Ya sangrando está bajo el agua.

Spinetta.

Por: Mariano Azula
viajesabatico@live.com

1 comentario:

  1. Hermosa narración! Volví de Capilla el domingo y escuché tanto de la mística de Huertas Malas que no veo la hora de poder volver a viajar para conocer se lugar que inspiró a mi amado Flaco. ¿Se puede llegar sin técnica de escalada? Leí que hay varias formas de llegar...

    ResponderEliminar