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LAGUNA BRAVA en La Rioja

No se muy bien todavía porque elegí viajar al norte de Argentina en enero. Seguramente se les vendrán toda clase de comentarios a la cabeza, asociados con la locura de ¿que vas a hacer en pleno enero al norteee????

Y así fue y les juro que más ganas me dio de irme. Entre las muchas aventuras y anécdotas que se me vienen a la cabeza hay un lugar que descubrí en la provincia de la Rioja que ojala tengan la oportunidad de ir y seguramente van a quedar tan encantados como yo. Para los indecisos, los invito a que sigan leyendo porque se que los voy a convencer, y después a los aventureros, a los amantes de la tierra como yo, créanme, esto no tiene desperdicio.

Para ubicarlos, en
La Rioja existe un pequeño pueblito llamado Villa Unión, ¿que como llegue ahí?? Bueno la inquietud era saber que era la famosa LAGUNA BRAVA que está ubicada al oeste de la provincia, abarcando parte de los departamentos de Vinchina y Gral. Lamadrid, a cuatrocientos cincuenta kilómetros de la capital riojana.

Pase la noche en Villa Unión, en una cabaña al costado de la ruta. Al día siguiente a mi llegada, a las 7 de la mañana partí con un grupo de gente (esto se puede programar antes, cuando lleguen a Villa Unión, en el mismo pueblo, hay un lugar donde pueden programar el ascenso a la laguna en camionetas 4 x 4, para llegar allí pregunten a cualquiera de sus hab
itantes por Alejandro, así de fácil). El camino es de tierra y al cruzar el puente sobre el río Bermejo desembocamos en el laberinto de curvas de la Quebrada de La Troya.




El camino se lo puede transitar con autos comunes recorriendo una cuesta de siete kilómetros de largo con enormes montañas de piedra arcillosa a los costados. A medida que fuimos ascendiendo, el color del cielo y de las montañas es mas fuerte en sus contrastes, matices de rojos, marrones, naranjas, amarillos… detalle, a los que aman la fotografía se van a empachar, visualmente hablando.


El viaje es muy intenso, a medida que íbamos ascendiendo y haciendo paradas se siente los fuertes vientos, es increíble cuando comenzas el viaje el calor es casi insoportable y ya a los 3000 metros de altura el frío y el viento se hacen sentir en todo tu cuerpo.

Los caminos por tramos son muy sinuosos, los colores, paisajes y texturas van cambiando en cada instante. Cada tramo de ascenso es una imagen diferente y te sentís mas cerca del cielo.



Finalmente llegamos ya a los 4500 metros de altura y paramos. Tras ciertas indicaciones del personaje que nos llevo (un loco aventurero de muchos años, si van ,háganme caso, pregunten en el pueblo por Alejandro y después me cuentan) mas que nada con el oxigeno, si bien nadie se descompuso, el hecho de estar a tanta altura hace que pueda dolerte un poco la cabeza y siempre la recomendación de no correr o agitarse por la misma razón.

Después de varias horas de viaje en ascenso llegamos a laguna brava, estábamos a 20 metros de ella y las ganas de estar ahí hacen que lógicamente te apures para llegar. No les voy a mentir, no corrí, pero camine rápido, como si la laguna se llegara a ir algún otro lado no? El viento era demasiado fuerte, dicen unos antiguos arrieros y cazadores que la Laguna rechazaba a los extraños reaccionando con vendavales, truenos y tempestades, bueno... no fue concretamente tan así, pero me la hizo difícil.

Pasado un rato se aquieta el temporal, y en medio de un amplio valle aparece la imagen de una laguna ovalada con majestuosos picos alrededor, con una paleta de colores rosados, azules matizados con blanco de sal.

Camine en silencio con mi camarita en mano, el viento se las arreglo para que llegara mas rápido y cuando quise acordarme tenia mis botitas enterradas en sal, agua y barro y cuando levante mi vista tenia ante mi un espejo cristalino de agua y sal con sus orillas rozadas que me reflejaban en la cara y me capturaron la atención por varios instantes.

Pruebe caminar por la playa hasta la orilla de la laguna, sobre un suelo de sal. La serenidad del ambiente se interrumpe de golpe por flamencos rosados que levantan vuelo.

Al llegar allí entendí que interrumpimos la calma absoluta de un silencio profundo, que hace que podamos escuchar hasta los latidos de nuestro corazón.

No es mucho el tiempo que se puede permanecer allí por la falta de oxigeno, pero es suficiente para dejarse llevar por un paraíso lleno de belleza y tierra, en lel cual se advierte cierta sensibilidad en la fusión de sus colores, en la transparencia del agua y en la perfección de sus formas.

Les recomiendo que ese breve tiempo que estén, sientan sus manos en el agua, que se llenen de sal, dejen que sus pies se fundan en la tierra, que el sol que la refleja entre en su piel… y déjense llevar por eso… por ese instante…porque allí esta el secreto de esa laguna mágica, esa laguna BRAVA como la llaman, donde lo hermoso esta por dentro….

Carolina Moldes.
viajesabatico@live.com

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