Hoy el sifón paso de ser un objeto de primera necesidad (un domingo al mediodía, como acompañante de grandes banquetes de fideos caseros) a un objeto de decoración que venden en San Telmo o cualquier tipo de feria porteña.
Desde hace muchos años la Argentina era considerada uno de los países bebedores de soda por excelencia, además de Italia e Inglaterra. Particularmente en la década del 30 la soda tuvo su época de furor.
Actualmente, la decadencia de dicho líquido, podemos decir, se debe en gran parte por la aparición de aguas finamente gasificadas que de algún modo fueron desplazando a las famosas burbujas. Por ello se reemplazo el envase de vidrio por el de plástico.
Un lugar en el mundo
Pese a esta historia con “sin sabores” la soda tiene su lugar en el mundo y es El Museo de la Soda, que se encuentra en Calle 60 y 128 en Berisso (ciudad de La Plata). Luis Taube es su director y creador del Club del Sifón. Allí podes ingresar al mundo de los sifones y reconstruir su historia a través su completa colección.
Y que mejor que sea uno de sus protagonistas, el que te cuente esta historia y de paso… hasta por una cuestión de nacionalismo, si queres... te haces socio del “club del sifón”… como para no quedar afuera de parte de nuestra historia no?
www.clubdelsifon.com.ar
Carolina Moldes.
viajesabatico@live.com
Recuerdo que cuando de pequeña iba a comer a casa de mis abuelos, en la mesa nunca faltaba la botella de sifón, la tomaban con vino tinto. Yo tengo una en mi cocina como un tesoro. Ahora es raro encontrarlas, con tanta diversidad de aguas gaseosas pasó a la historia. Imagino que en España también habrá un club del sifón.
ResponderEliminarUn saludo.
Marisa Alonso